Sexualidad Integral: Introducción a la sexualidad humana

Escrito por Mtra. Jenniffer Córdova Solis

Resumen

Hablar de sexualidad casi siempre resulta un tema cultural interesante; inmediatamente, vienen a la mente alusiones al sexo o mejor dicho a prácticas sexuales, que conllevan una serie de mitos, fantasías, deseos y restricciones, pero la sexualidad es mucho más que eso. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, culturales, socioeconómicos, éticos y religiosos o espirituales. Según la Organización Panamericana de Salud, la sexualidad se refiere a una dimensión del hecho de ser humano: incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva el amor y la reproducción.

Palabras clave: sexualidad; género; conocimiento situado.

Abstract: Discussing sexuality almost always proves to be a culturally interesting topic; immediately, thoughts turn to sex or, more precisely, to sexual practices, which involve a series of myths, fantasies, desires, and restrictions. However, sexuality is much more than that. Sexuality is the result of the interaction of biological, psychological, cultural, socioeconomic, ethical, and religious or spiritual factors. According to the Pan American Health Organization, sexuality refers to a dimension of being human: it includes gender, sex and gender identities, sexual orientation, eroticism, emotional attachment, love, and reproduction.

Introducción

La sexualidad suele ser un tema complejo, rodeado de grandes mitos y tabúes, pero es un tema que se encuentra ligado a casi todos los aspectos de la vida humana. Para hablar de la sexualidad humana se necesita de un enfoque multidisciplinario, ya que puede hacerse desde las perspectivas biológica, psicológica, social, antropológica y legal. Eusebio Rubio Aurioles dice en Introducción al estudio de la sexualidad humana (2007) que la sexualidad es ante todo una abstracción y por eso existe una dificultad de definirla.

Existen varias definiciones de lo que es la sexualidad humana: “Es, ante todo, una construcción mental de aquellos aspectos de la existencia humana que adquieren significado sexual y, por lo tanto, nunca es un concepto acabado y definitivo, pues la existencia misma es continua y cambiante”, (Rubio, p. 21). Según la Organización Panamericana de Salud (2002), la sexualidad se refiere a una dimensión del hecho de ser un ser humano: basada en el sexo, incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, la reproducción. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, culturales, socioeconómicos, éticos y religiosos o espirituales.

En el desarrollo de la sexualidad humana, la mente juega un papel principal, ya que es a partir de las experiencias que el individuo tiene desde temprana edad y el significado que le da a las experiencias del placer erótico con relación a su género (binario o no binario), sus afectos que le vinculan con otras personas y con su potencialidad reproductiva. Una lectura que se ha dado a la sexualidad es desde el sentido dicotómico biológico/natural/verdad versus género/construcción cultural/modificable, por lo que se recomienda leer el libro de la Dra. Lu Ciccia “La invención de los sexos. Cómo la ciencia puso el binarismo en nuestros cerebros y cómo los feminismos pueden ayudarnos a salir de ahí”, en donde rompe con la idea de esta construcción y nos comparte que “lo biológico es, en sí mismo y desde siempre, social” (p. 198).

Desarrollo

Entender que la sexualidad no se limita a unos órganos reproductores en específico o a cromosomas y hormonas así como desmitificar lo biológico como verdad inamovible y romper con la mirada dicotómica y binaria abre camino ante el problema de creer que una genitalidad nos predispone a ciertas habilidades cognitivas conductuales, intereses y deseos. El tema de la sexualidad también puede abordarse desde el punto de vista de relaciones complejas; la sexualidad como dispositivo y poder, pero esta aproximación la abordaremos más adelante.

El estudio científico que aborda la sexualidad humana es la sexología; uno de sus primeros investigadores fue Richard von Krafft-Ebing, quien publicó en 1886 Psicopatías sexuales, el cual, hoy no se considera como referente. Uno de los grandes precursores fue Alfred Kinsery, quien a mitad del siglo XX encuestó a más de 24 mil personas, aportando conocimientos relevantes al campo de la sexología con estadísticas de frecuencia de masturbación, de coitos, de relaciones homosexuales, genitalidad y problemáticas asociadas al ejercicio de la sexualidad humana.

El campo de la sexualidad ha sido abordado desde diversas disciplinas, con distintos modelos; aquí revisaremos la teoría del sistema general, propuesta a mediados de siglo pasado, por Lud- wing von Bertalanffy (Rubio, 2007). La idea central de dicha teoría es que todos los sistemas están conformados por elementos en interacción y que estos son a su vez sistemas. A estos sistemas se les denominó holones, propuesto por Arthur Koestler (1980), para remarcar el hecho de que son partes constituyentes de un sistema. Holos en griego quiere decir Todo.

La complejidad es que los holones deberán ser conceptos que conserven su aplicabilidad vertical, es decir, que puedan aplicarse a las diversas metodologías de estudios: antropológica, sociológica, psicológica y biológica. (Rubio, 2007). Eusebio Rubio Aurioles propuso que “la sexualidad humana es el resultado de la integración de cuatro potencialidades humanas que dan origen a los cuatro holones (o subsistemas) sexuales, a saber: la reproductividad, el género, el erotismo y la vinculación afectiva interpersonal”, (p. 29).

Figura 1. Representación de la sexualidad humana de acuerdo con el Modelo de los Cuatro Holones Sexuales. Basado en Rubio (2007).

Este modelo teórico tiene como idea central la integración. Por integración se entiende, en el pensamiento de sistemas, que un elemento no puede ser correctamente representado si se considera aisladamente, pues su actuar depende de los otros elementos del sistema. (Rubio, 2007). Rubio aborda independientemente cada uno de los cuatro holones, recordando que su interacción es integral.

Inicia con el holón de la reproductividad humana. Rubio habla de reproductividad y no de reproducción para entender el acto como potencia y no como destino o única forma de reproducción a través de la gestación, sino que considera como parte de esta potencia al acto educativo mismo. En el plano del organismo, la reproductividad se manifiesta en la serie de estructuras corporales conocidas como aparatos reproductores. El plano psicológico de la reproductividad suele relegarse, pero puede manifestarse “a través de la maternidad y la paternidad en adopción o bien, a través del ejercicio de muchas actividades humanas cuyo resultado final es la reproducción de la completud del ser humano” (Rubio, p. 33).

Aurioles habla en su texto “Introducción al estudio de la sexualidad humana” de una base biológica fundamentada en el dimorfismo, es decir, dos formas de la especie; debemos de recordar que el sexo no radica solamente en los genitales, cromosomas y hormonas y que no existen solo dos formas de cuerpos o composiciones de dichos elementos, sino que la naturaleza misma del ser humano es diversa, pues existe la intersexualidad en diversos niveles.

Rubio toma este dimorfismo para hablar de dos géneros, el masculino y el femenino. El autor entiende género como “la serie de constructos mentales respecto a la pertenencia o no del individuo a las categorías dismórficas de los seres humanos: masculina y femenina, así como a las características del individuo que lo ubican en algún punto del rango de diferencias” (p. 34). El autor considera que, como elemento central en el género, está constituida la identidad misma.

El holón del erotismo hace referencia a la excitación sexual y sus procesos humanos, así como las construcciones mentales en torno a estas experiencias (Rubio, 2007). Tres procesos fisiológicos interdependientes como: el deseo o apetito sexual, la excitación y el orgasmo, es la forma más aceptada de conceptualizar desde la fisiología del erotismo humano. Por otra parte, el holón de la vinculación afectiva interpersonal es entendido como “la capacidad humana de desarrollar afectos intensos (resonancia afectiva) ante la presencia o ausencia, disponibilidad o indisponibilidad de otro ser humano en específico, así como las construcciones mentales, individuales y sociales que de ellos se derivan” (Rubio, 2007, 37).

El amor es la forma más reconocida de vinculación afectiva. Erich Fromm (1991) enumera las características del vínculo afectivo amoroso, es decir, de la forma ideal de vinculación. Las definiciones de los holones y su aplicación varían en relación con la disciplina desde donde se trabaje, ya sea legal, biológica, sociológica, psicológica, antropológica, etc., por lo que es nuevamente importante recordar que su aproximación debe ser multidisciplinaria para tener la visión más integral posible de la sexualidad humana.

Conclusión

Hablar sobre la sexualidad humana puede parecer en un sentido general, abstracto, con conceptos, elementos, abordajes que nos dan una idea de aproximación pero que quizá no se aterrizan en un ejemplo o en situaciones, contextos determinados. Por eso, hablaremos de la sexualidad situada, partiendo del concepto de Donna Haraway de conocimiento situado.

Donna Haraway desarrolla una postura epistemológica crítica en su texto “Ciencia, cyborgs y mujeres: la reinvención de la naturaleza” (1991), que llama conocimiento situado, un término que se usa como herramienta para producir mapas de conciencia de las diversas categorías, como puede ser raza y género, que se inscriben en historias de las dominaciones masculinas (Haraway, 1991). Según Haraway, los conocimientos situados son siempre conocimientos marcados, pero a la vez son nuevas marcas, nuevas orientaciones del mundo en la historia del capitalismo y del colonialismo masculinos. Es generar nuevo conocimiento desde las propias vivencias, teniendo en cuenta las intersecciones que cruzan a las personas y poder analizar desde ahí, crear desde ahí y validar nuevo conocimiento.

Hablar desde una posición situada es reconocer los privilegios que pudieran atravesar al sujeto, desde dónde se acerca a su realidad social, lo cual permite una interpretación única, desde diferentes parajes epistemológicos y locaciones emocionales, afectivas y materiales. Haraway propone el abordaje desde el conocimiento situado para cuestionar la naturaleza de los supuestos ontológicos de los mundos en los que vivimos.

Cuando hablamos de una sexualidad situada, justamente es una invitación a comprender que las experiencias que atraviesan las personas no necesariamente son las mismas y que se puede considerar una aproximación por grupo, como entender que hay experiencias diversas entre hombres y mujeres, al igual que al interior de estos grupos. Desde estas posturas han partido los feminismos negros, lesbofeminismos, entre otros, diciendo que la realidad que viven como mujeres negras o mujeres lesbianas no es la misma que vive una mujer blanca, heterosexual, de clase alta, occidental.

La herramienta del conocimiento situado va de la mano con el feminismo interseccional, que es una metodología que estudia las relaciones de poder de manera cruzada. Como se mencionaba antes, la manera en la que las categorías dialogan entre sí y no de manera aislada, para generar una situación en específico y no una realidad universalizada.

Referencias

  • Ciccia, L. (2022). La invención de los sexos. Cómo la ciencia puso el binarismo en nuestros cerebros y cómo los feminismos pueden ayudarnos a salir de ahí. Siglo XXI Editores.
  • Granero, M. (2014). Sexología basada en evidencia: historia y actualización. Revista Costarricense de Psicología, 33 (2), 179-197. https:// www.redalyc.org/pdf/4767/476747238002.pdf
  • Guzmán, P. & Platero, R.L. (2012). Passing, enmascaramiento y estrategias identitarias: diversidades funcionales y sexualidades no normativas. Intersecciones: cuerpos y sexualidades en la encrucijada, 125-158. Ediciones Bellaterra. https://digital.csic.es/bitstream/10261/78447/1/ PASSING%20ENMASCARAMIENTO%20Y%20ES- TRATEGIAS%20IDENTITARIAS.pdf
  • Haraway, D. (1991). Leyendo a Buchi Emecheta: pugnas por la “experiencia de las mujeres” en los estudios sobre la mujer. Ciencia, cyborgs y mujeres. La reivindicación de la naturaleza. Ediciones Cátedra, Universidad de valencia e Instituto de la Mujer.
  • Moreno Esparza, H. (2015). La sexualidad reproductiva como paradigma epistemológico. Revista de estudios de antropología sexual, 1 (6), 24-45. INAH. https://revistas.inah.gob. mx/index.php/antropologiasexual/article/ view/10839/11608
  • Rubio, A. (2007). Introducción al estudio de la sexualidad humana. Antología de la Sexualidad humana Tomo I. Porrúa, 17-46.

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