Producción de alimentos y su impacto en el medio ambiente en Michoacán

Resumen

El sector agropecuario en México juega un papel fundamental en la economía, abarcando actividades como agricultura, ganadería, pesca y aprovechamiento forestal. Michoacán destaca por su significativa contribución al producto interno bruto y liderazgo en exportaciones, especialmente con productos como aguacates, higos y mangos. Sin embargo, el sector enfrenta desafíos ambientales, ya que la mayoría de las unidades económicas no cumple con las normativas ambientales. A pesar de estos problemas, se han observado avances, como la adopción de prácticas más sostenibles y el uso de tecnologías limpias. Los retos del sector incluyen equilibrar la expansión agrícola con la conservación de ecosistemas y una gestión más eficiente de los residuos. La educación y la capacitación son fundamentales para promover prácticas más limpias. Además, la contribución individual es vital: elegir alimentos sostenibles, respaldar a agricultores comprometidos, reducir el desperdicio y participar en iniciativas comunitarias. Todos podemos influir positivamente en la cadena de suministro y en la protección ambiental, buscando así un equilibrio entre la producción de alimentos y la preservación del medio ambiente para un futuro sostenible

Metodología

La recopilación de información relativa al sector agropecuario en México se desarrolló a partir de una investigación en diversas fuentes. Se empleó el Censo Económico 2019 (INEGI, 2019) para obtener información detallada sobre las unidades económicas, la estructura sectorial y su impacto en el producto interno bruto (PIB) del país. Igualmente, se utilizó el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (INEGI, s/f) para examinar la distribución geográfica de las unidades asociadas con actividades agrícolas, ganaderas, pesqueras y forestales en el territorio nacional. Además, se accedió a la plataforma Data México de la Secretaría de Economía (Secretaría de Economía, s/f) para obtener datos relevantes sobre el sector agroalimentario, incluyendo indicadores económicos, información de exportaciones y nivel de cumplimiento de regulaciones ambientales.

Por último, se llevó a cabo un análisis del plan estratégico de cambio climático para el sector agroalimentario (SADER, 2022) con el propósito de comprender los desafíos ambientales específicos que enfrenta el sector agropecuario en México, así como para explorar propuestas y estrategias orientadas a abordarlos.

Introducción

En nuestra vida diaria, rara vez nos detenemos a considerar el origen de los alimentos presentes en nuestras mesas. Pero esta cuestión es mucho más que un simple detalle; tiene un profundo impacto en diversos aspectos de nuestra existencia y entorno. Nos invita a plantearnos preguntas cruciales, como el rol que desempeña la producción de alimentos en el crecimiento económico de nuestra nación y las complejas implicaciones que esta actividad tiene para el medio ambiente. Este artículo se aventura en un viaje de exploración de la compleja relación entre la producción de alimentos y su impacto en el medio ambiente, con un enfoque en el estado de Michoacán, una región que tiene un papel crucial en el cultivo de una amplia gama de alimentos. A través de este artículo, nos proponemos descubrir cómo cada uno de nosotros puede contribuir a un equilibrio sostenible entre la producción de alimentos y la conservación de nuestro entorno.

El enorme sector agropecuario de México

El sector agropecuario de México, que abarca la agricultura, la cría y explotación de animales, la pesca, la caza y el aprovechamiento forestal, representa un motor económico fundamental para el país. Según datos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (INEGI, s/f), en México existe un total de 22 010 unidades económicas dedicadas a estas áreas. Una unidad económica se define como un establecimiento que va desde pequeñas tiendas hasta grandes fábricas, que opera de forma permanente y está definido por sus construcciones e instalaciones fijas. Además, estas unidades se dedican a la producción y/o comercialización de bienes y/o servicios.

En cuanto a la distribución de estas unidades económicas en las entidades federativas, Tabasco lidera con 2894, seguido de cerca por Oaxaca con 2640 y Veracruz con 2311. Michoacán, por su parte, se ubica en la undécima posición con un total de 760 unidades económicas en el sector agropecuario.

El sector agropecuario ha mantenido un crecimiento constante en su contribución al producto interno bruto (PIB) de México. Durante el primer trimestre de 2023, este sector registró un impresionante valor de 1.14 billones de pesos, superando significativamente las cifras del mismo periodo en 2021 (864 013 millones de pesos) y 2020 (825 510 millones de pesos). Este sólido crecimiento económico en el sector agropecuario es una respuesta a la creciente demanda de alimentos y productos relacionados tanto a nivel nacional como internacional (Secretaría de Economía, s/f).

Con su sólida tradición agrícola, el estado de Michoacán se consolida como un pilar de la economía mexicana y un gigante en la producción de alimentos. En 2019, este estado contribuyó con un 3.49 % del total de la producción bruta del país en el sector agropecuario. Municipios como Uruapan (63.4 %), Lázaro Cárdenas (10.1 %) y Zamora (6.52 %) se destacan como líderes en ingresos económicos derivados de esta producción (SIAP, 2022).

Sin embargo, Michoacán no solo es un motor económico a nivel nacional, sino que también juega un papel fundamental en las exportaciones de alimentos de México al mundo. En 2022, Michoacán alcanzó ventas internacionales por un total de 7154 millones de dólares, representando un incremento del 6.87 % en comparación con el año anterior. Este éxito en las exportaciones se basa en la calidad y diversidad de los productos que Michoacán ofrece al mercado global. Higos, piñas, aguacates, guayabas y mangos lideraron la lista con un valor de 3639 millones de dólares (figura 1). Además, otras frutas y nueces frescas contribuyeron con 603 millones de dólares, mientras que los frutos congelados con adición de azúcar u otro edulcorante alcanzaron los 314 millones de dólares. Estos datos no solo resaltan la importancia económica de Michoacán a nivel nacional, sino también su destacada contribución al suministro de alimentos frescos en el mercado internacional (Secretaría de Economía, s/f).

Figura 1. Principales exportaciones de alimentos en Michoacán.

Al observar el panorama laboral de Michoacán, se revela la significativa importancia de las ocupaciones relacionadas con el sector agropecuario. Los “trabajadores de apoyo en actividades agrícolas” desempeñan un papel crucial en la producción de alimentos del estado, con 332 000 trabajadores. Les siguen de cerca los trabajadores en el cultivo de frutales, con 298 000 empleados, subrayando la importancia de la producción de frutas frescas en la región. Además, con 267 000, los “empleados de ventas, despachadores y dependientes en comercios” resaltan la relevancia del comercio local y la distribución de productos agrícolas.

El seguimiento de normas ambientales en el sector agropecuario

A pesar de la relevancia económica del sector agropecuario, es innegable que la preocupación por su impacto ambiental es evidente. De acuerdo con el Censo Económico de 2019 en México (INEGI, 2019), tan solo el 6.06 % de las unidades económicas grandes pertenecientes al sector agropecuario cumplió con las normativas ambientales, mientras que el 25.3 % desconoció si estaban en cumplimiento con alguna norma ambiental y el 68.7 % no las cumplió en absoluto. Estas cifras se reflejan de manera similar en Michoacán, donde solamente un 5.85 % cumplió con la normativa, un 27.4 % desconoce la normativa y un 66.7 % no cumplió con la normativa (figura 2).

Figura 2. Cumplimiento de la normativa ambiental en el sector agropecuario en Michoacán.

Resulta alarmante que solamente el 0.6 % de estas unidades económicas destinara recursos a la protección ambiental, destacando los gastos en el cuidado y mantenimiento de su par- que vehicular, la reducción del consumo de energía y agua, y la realización de actividades destinadas a la preservación del ecosistema.

En el aspecto de la protección ambiental, algunos estados se destacan por su compromiso. Nuevo León lidera con un 15 % de unidades económicas que contaron con personal dedicado a actividades de protección ambiental, seguido de Aguascalientes (11.4 %), Tlaxcala (8.47 %), Coahuila (5.77 %) e Hidalgo (4.62 %). No obstan- te, Michoacán, a pesar de su peso en el sector agropecuario, apenas alcanzó un 1.3 % en este indicador.

A pesar de estos desafíos, es alentador observar algunos avances. En 2019, el 19.8 % de las unida- des económicas grandes del sector agropecuario en México implementó la separación de residuos, destacándose la separación de plástico, desechos orgánicos y papel. Además, el 1.58 % de estas unidades económicas aplicó algún tipo de tratamiento a las aguas residuales generadas en sus operaciones, utilizándolas para diversos fines, como reintegrarlas al proceso de producción, jardinería, limpieza y, en algunos casos, su descarga controlada en la red pública.

La innovación también desempeña un papel cru- cial en la búsqueda de una mayor protección ambiental. Varios estados en México, como Jalisco, Sinaloa y Guanajuato, registraron ele- vados porcentajes de unidades económicas con actividades innovadoras. A nivel nacional, el 10.3 % de las unidades económicas grandes en el sector agropecuario implementaron actividades de innovación en 2018, incluyendo innovación en productos, procesos, mercado, organización y adaptación tecnológica, lo que indica un camino prometedor hacia una mayor sostenibilidad y responsabilidad ambiental en el sector.

Es importante mencionar que el incumplimiento de las normativas ambientales en el sector agro- pecuario no solo tiene un impacto negativo en el medio ambiente, sino que también puede tener graves consecuencias para la salud pública y la sustentabilidad a largo plazo de la agricultura. La contaminación del suelo y del agua con productos químicos agrícolas, el uso excesivo de recursos hídricos y la degradación del suelo son algunos de los problemas asociados con prácticas agropecuarias insostenibles. La contaminación del agua con agroquímicos, por ejemplo, puede afectar la calidad del agua potable y causar daños a los ecosistemas acuáticos. Además, la erosión del suelo debido a prácticas in- adecuadas de labranza y deforestación puede llevar a la pérdida de tierras de cultivo fértiles y a la degradación de los ecosistemas naturales.

Retos y perspectivas del sector agropecuario en Michoacán

En el sector agropecuario de Michoacán, se vislumbra una serie de retos y perspectivas que perfilan el camino hacia la sostenibilidad ambiental y la eficiencia en la producción de alimentos. A pesar de los desafíos, existen ejemplos notables de iniciativas exitosas que buscan abordar estos aspectos fundamentales.

Un claro indicador de esta tendencia es la creciente popularidad de programas de certificación de prácticas sustentables, entre los cuales destacan el “Sello de buenas prácticas agrícolas” y la certificación orgánica. Estos programas no solo han ganado reconocimiento en México sino también a nivel mundial, ya que promueven prácticas agrícolas responsables que reducen el uso de agroquímicos, preservan la integridad del suelo y fomentan la biodiversidad en el campo.

Además, la promoción de tecnologías más limpias y eficientes, como sistemas de riego por goteo y la adopción de prácticas de agricultura de conservación, se presenta como un enfoque estratégico para mitigar el impacto ambiental de la agricultura. Estas prácticas no solo generan beneficios para el medio ambiente, sino que también mejoran la rentabilidad de los agricultores y garantizan un suministro sostenible de alimentos.

Sin embargo, Michoacán, con su rica biodiversidad de flora y fauna, se enfrenta al desafío constante de equilibrar la expansión de la agricultura con la preservación de los ecosistemas naturales. Proteger esta biodiversidad y conservar las áreas naturales se convierte en un reto fundamental para mantener el equilibrio entre la producción de alimentos y la preservación de la naturaleza.

El manejo adecuado de residuos agrícolas y la regulación de los fertilizantes químicos también se posicionan como desafíos importantes. La gestión incorrecta de estos aspectos puede dar lugar a la contaminación del suelo y el agua, lo que subraya la necesidad de implementar estrategias efectivas de manejo de residuos y promover prácticas agrícolas más limpias.

Adicionalmente, el cambio climático se presenta como una amenaza inminente, ya que el sector agropecuario en Michoacán es vulnerable a sus efectos, incluyendo sequías, inundaciones y variaciones en las temperaturas.   Adaptarse a estas condiciones cambiantes y promover prácticas agrícolas resistentes al clima son desafíos apremiantes para los agricultores de la región.

Promover la adopción de prácticas agrícolas más sostenibles y tecnologías avanzadas requiere un enfoque integral que incluye capacitación y educación continua para los agricultores. La falta de acceso a recursos y formación puede obstaculizar la implementación de prácticas más limpias y eficientes. Superar estos desafíos implica un esfuerzo conjunto de agricultores, gobiernos y otras partes interesadas en busca de un sector agropecuario en Michoacán que sea no solo económicamente sólido, sino también sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Pero ¿qué podemos hacer como sociedad o qué puedes hacer tú para contribuir a un equilibrio sostenible entre la producción de alimentos y la conservación del medio ambiente? Tu contribución es esencial en la creación de un mundo más consciente y responsable. Adoptando prácticas de consumo reflexivo, como elegir alimentos sostenibles y apoyar a agricultores comprometidos con la sostenibilidad y el medio ambiente, puedes influir positivamente en la cadena de suministro. Reducir el desperdicio de alimentos y reciclar son acciones que no solo conservan recursos valiosos, sino que también reducen la contaminación. Además, al participar en iniciativas locales, como grupos de voluntariado en granjas comunitarias y proyectos de reforestación, puedes fortalecer el tejido de tu comunidad y marcar una diferencia tangible. Tu voz y tu voto son poderosos, ya que pueden respaldar políticas y regulaciones que fomenten la sostenibilidad en la agricultura y la conservación del medio ambiente. Cada pequeña acción que tomas no solo tiene un impacto inmediato, sino que también es un paso hacia un futuro más sostenible, en el que la sociedad desempeña un papel crucial en la protección de nuestro entorno y la seguridad alimentaria (figura 3).

Figura 3. Prácticas de consumo reflexivo.
Conclusión

Aunque es un pilar económico, el sector agropecuario enfrenta desafíos ambientales debido al incumplimiento de las normativas. A pesar de estos obstáculos, observamos señales alentadoras de progreso, como la adopción de prácticas sustentables y tecnologías limpias, pero con el fin de lograr un equilibrio sostenible entre la producción de alimentos y la conservación del medio ambiente, necesitamos la contribución activa de todos. Al elegir alimentos sostenibles, apoyar a agricultores comprometidos, reducir el desperdicio de alimentos y participar en iniciativas locales, cada uno de nosotros puede desempeñar un papel esencial en la protección de nuestro entorno y la seguridad alimentaria.

Referencias
  • INEGI (2019). Censos Económicos 2019. https://www.inegi.org.mx/pro- gramas/ce/2019/#Tabulados
  • INEGI (s/f). Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas. ht- tps://www.inegi.org.mx/app/mapa/ denue/default.aspx
  • SADER (2022). Plan   estratégico de cambio climático para el sec-tor agroalimentario. https://www. gob.mx/cms/uploads/attachment/ file/841295/Interiores_plecca_2023_ extendido__1_.pdf
  • Secretaría de Economía (s/f). Data México. https://www.economia.gob. mx/datamexico/
  • SIAP (2022). Michoacán. Infografía agroalimentaria 2022. https:// nube.siap.gob.mx/infografias_siap/ pag/2022/Michoacan-Infogra – fia-Agroalimentaria-2022
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