El placer de morir o el infortunio por vivir: el suicidio en la poesía de Miyó Vestrini
Mtra. Vimarith Arcega-Aguilar
Resumen
Miyó Vestrini deja una marca del desarraigo en su poesía, que se mueve entre el verso libre y la prosa poética, creando una conexión única con el público a través del lenguaje cotidiano. La desolación y el sufrimiento se manifiestan en temáticas oscuras que aparecen de manera recurrente, como los vicios, el engaño y el suicidio. Sus textos invitan a reflexionar sobre la angustia de un panorama social desolador y triste, que expresa un malestar sobre la existencia que evoca la fatalidad del ser, del cuerpo y del vivir. La fatalidad de sus versos nos lleva a cuestionar la forma de accionar de un mundo que engloba los terrores humanos.
Palabras clave: literatura, muerte, sociedad, poesía.
Abstract: Miyó Vestrini leaves a mark of rootlessness in her poetry, which moves between free verse and poetic prose, creating a unique connection with the audience through everyday language. Desolation and suffering are manifested in dark themes that appear recurrently, such as vices, deceit and suicide. His texts invite us to reflect on the anguish of a desolate and sad social panorama, which expresses a malaise about existence that evokes the fatality of being, of the body and of living. The fatality of his verses leads us to question the way of acting in a world that encompasses human terrors.
Introducción
Miyó Vestrini fue el pseudónimo de Marie-José Fauvelles Ripert, nacida en 1938 en Nimes, Francia, en 1938. Migró a los 9 años a Maracaibo, Venezuela, junto con su madre, su hermana mayor y el segundo esposo de su madre, un escultor italiano de apellido Vestrini (Wikidat, 2022). Estos hechos influyeron de forma directa en su obra literaria, mostrando el viaje como una forma de desarraigo con el espacio.
Aunque en los estudios literarios se opta por separar a la autora del texto por una cuestión de análisis y formalidad, en Miyó es necesario establecer esta relación extratextual entre el contenido de sus poemas y el curso de su trágica vida, o mejor dicho, de su camino a la muerte. De este modo, el presente ensayo propone una breve revisión de los factores sociales relacionados con el suicidio desde la perspectiva de género en la poesía de Miyó Vestrini.

Figura 1. Miyó Vestrini Vall, K. (2020).
En esta investigación se han seleccionado extractos de poemas de la escritora Miyó Vestrini, los cuales abordan de forma directa e indirecta temas relacionados con el suicidio, la depresión, la desesperanza, la muerte y problemáticas sociales que comúnmente afectan a la estabilidad mental de las mujeres. Además, se analiza la situación de diversos recursos literarios como la concatenación de imágenes, la creación de metáforas y los silencios, que ayudan a construir y reforzar las imágenes que la autora crea. Finalmente, se explica cómo el recurso dialógico y el discurso expuesto a través de la voz poética exponen situaciones psicológicas que se desarrollan a partir de la exposición a elementos como los fármacos y situaciones clave que inquietan la mente de las personas con depresión.
El presente ensayo no consiste en una propuesta sobre cómo prevenir el suicidio ni cómo identificar a una persona en esta situación, sino, solamente busca relacionar los aspectos sociales que reflejaba la autora en su poesía y que pudieron
ser manifestaciones de su estado de ánimo, expresado a través de la poesía.
Desarrollo
En una cuestión formal, la poesía de Miyó Vestrini se encuentra en verso libre, prosa poética y conversacional; este último recurso lo emplea para acercar a sus lectoras de forma íntima y cotidiana. Para ello, utiliza diversas figuras literarias, como la repetición y la concatenación, para hacer énfasis en ciertas palabras:
Avenida por donde viene
el agua
agua de todos los días
acercada a mi boca
boca triste de grandes palabras.
(Vestrini, 1993, 81)
En otros casos utiliza la anáfora, es decir, la repetición de palabras o frases:
He dicho de la infelicidad
mañanas apresuradas
Sol amargo
meridianos
He dicho de las indecisiones
borracheras de percal
lívidas bocas
palmas arriba.
(Vestrini, 1993, 84)
Estos recursos ayudan a hilar las palabras y a tener la ilusión de un tren de pensamiento, como si se tratara de ideas que surgen de un momento a otro y se unen entre sí. No obstante, predomina un estilo libre, rebelde, que en algunos momentos se ve desordenado, pero es esta la intención de la autora, incomodar con la lectura –algo que se relaciona con el contenido–.
Los textos parecieran estar plagados de ruido, de estruendos y silencios incómodos. Para Saraceni, la poesía de Miyó “despliega un largo sonido animal que fractura todo atisbo de plenitud del lenguaje y confianza en el poder restitutivo de la palabra poética […] un alarido, un grito ajeno a las demarcaciones del sentido y a los dispositivos de contención y codificaciones sociales” (2015, 108). La desarticulación de la forma, las cascadas de palabras y los abismos en imágenes estructuran un conjunto que reta y ofende a la vez. Este efecto se siente en los textos en prosa, aquellos que parecen romper la cuarta pared, donde Vestrini abre diálogo con otra interlocutora.
En cuanto al contenido, Vestrini plasma múltiples problemáticas: la mayoría de los textos son deprimentes, contestatarios, groseros y tristes. Según Martínez, en la poesía escrita por mujeres “el discurso se fragmenta y la retórica adquiere marcada calidad oral, tanto en la poesía como en la ficción. En la poesía por el tono de protesta, evocador del grito de indignación y angustia; y en la ficción por el tono confesional y la dispersión de la voz autorial en los relatos [pseudo]personales (autobiografías, memorias, diarios, cartas, conversaciones)” (Martínez, 1999), de ahí que funcione esta forma conversacional y autorreferencial que adopta Miyó.
El carácter dialógico es muy claro en el texto “No vuelvas más por aquí”, el cual se divide en dos columnas que simulan ser paciente / terapeuta. Aunque el terapeuta interroga y trata de desarrollar una conversación, la paciente se nota esquiva al responder lo que se le ha preguntado, quizá una forma de evitar el sentimiento de tristeza, aunque se enuncie la desolación. Esta atmósfera de hartazgo con el mundo gira en torno al suicidio, que finalmente fue la causa de muerte de Miyó en 1991.
El suicidio se comprende como la acción de atentar contra la propia vida, con la intención de darla por terminada; según Barroso:
La diferencia entre el suicidio o la conducta suicida y la autolesión es que en esta última no existe la intención de morir. Según se entiende en el enfoque epidemiológico tradicional, el suicidio consumado comprende un grupo de etapas previas, como son la ideación suicida y el intento de suicidio. La ideación alude al deseo de morir, así como a la elaboración de un plan más o menos específico. Por su parte, el intento constituye la acción intencional de atentar contra la propia vida (Barroso, 2019, 52).
Al estar nutrido por las experiencias psico-sociales de las personas, se relaciona también con la feminidad y la masculinidad, el género en sí, como una cuestión de desarrollo de la personalidad en la que se ven relacionados aspectos de los roles sociales, expectativas, la autopercepción corporal, el desarrollo emocional, etcétera. El suicidio está fuertemente relacionado con las mujeres, ya que son quienes en su mayoría se ven afectadas por factores como “la precarización de las fuentes de sustento económico, la reconfiguración de las relaciones familiares y de pareja. (…) no solo expresa un deseo de morir, sino que también puede entenderse como una llamada de atención sobre el malestar de vivir en determinadas condiciones sociales” (Barroso, 2019, 56).
En este tenor, es necesario preguntarse qué tanto se rompe la barrera ficción/realidad. Retomaré vagamente dos textos de Pocas virtudes (1986), publicado unos años antes de la muerte de la poeta, donde puede notarse claramente su pesadumbre; igualmente, analizo uno más de Valiente ciudadano (1993), de publicación póstuma donde se aborda de forma directa el suicidio.
En “Llego tarde porque me siento sola” se aborda la soledad, pero también un antecedente familiar:
“Mi abuelo decidió suicidarse:
Era alto, triste y bebía a escondidas.
Mi abuela decía que beber era cosa del
demonio y lo perseguía por toda la casa
con una escoba
hasta que aburrido
se lanzó al Rin.
(Vestrini, 1993, 100)
El Río Rin podría inferirse como un referente real, tanto geográficamente como algo personal, ya que este se ubica en Europa, de donde es originaria la autora. Hay una mención sobre la voz propia, que igualmente aparece en otros textos, se trata de un recurso por el cual ser escuchada, la palabra como una forma de reclamar la atención, de enunciar su presencia.
En “Poca cosa en verdad”, con apenas cuatro líneas, se ve reflejado un estado de miedo y falta de espacio para expresarse:
No es muy largo lo que quiero decirte:
tiemblo cuando hablo de ello.
Poca cosa,
en verdad.
(Vestrini, 1993, 107)
El texto está condensado, y aunque hay la intención de decir algo, no se concreta; en la segunda línea se intuye que no se comunica por miedo (“tiemblo cuando hablo de ello”), y se termina por minimizar la importancia del mensaje (“poca cosa”), por lo que, tanto el emisor como el mensaje mismo reclaman una necesidad urgente de atención.
En el poema “Zanahoria rallada” (Vestrini, 1993, 136) describe un intento de suicidio de forma burlesca, pero también evidencia la violencia médica que se sufre de forma constante cuando la atención está relacionada con tabúes. Al inicio del texto se lee “El primer suicidio es único”, algo claramente irónico, ya que convierte a los eventos anteriores en “intentos de suicidio”, no suicidios en sí.
El texto continúa: “siempre te preguntan si fue un accidente / o un firme propósito de morir”; una interrogación constante cuando se tratan de aclarar los episodios suicidas es cuestionar el estado mental de la persona. Continúa con una descripción del procedimiento médico mediante el cual se trata de desintoxicar el cuerpo de la persona, un lavado nasogástrico, por lo que se puede deducir que el intento de suicidio fue mediante la ingesta de algún tipo de pastillas en exceso. Cabe mencionar que la autora se suicidó
ingiriendo una gran cantidad de Rivotril, un ansiolítico y anticonvulsivo que, presuntamente, era parte de su tratamiento.
La inserción del tubo por la nariz es muy violenta, “para que duela / y aprendas a no perturbar al prójimo” (Vestrini, 1993), una forma de castigo ante el ataque que se hace cuerpo. El momento donde el personaje intenta hablar de cómo se siente, es ignorada: “ya te han dado la espalda”. El personal médico banaliza aún más a la paciente cuando apuestan sobre el contenido de su última cena, terminan de borrarla de la situación: “No hubo espacio donde llorar / ni tiempo para sentir frío y temor” (1993).
Conclusión
Aunque en los textos analizados se expresan formas de vivir la depresión, estos presentan diferentes variables que acompañan una vida en sufrimiento. Resulta interesante observar cómo se integran elementos como las pausas en el texto, los silencios y los saltos o cambios versos, que ilustran de forma alterna emociones como el vacío y la desconexión con el mundo.
En la poesía de Vestrini se personifica la depresión al darle una voz y un sentir, expresada mediante las diferentes figuras poéticas y las escenas cotidianas. La utilización de la primera persona provoca en quien lee una inmediata identificación, aproximando al público de forma directa al texto; así, lo que pasa ya no sólo sucede en el mundo ficcional, sino que permea a la realidad.
Miyó Vestrini es parte del grupo de mujeres que rompen las cadenas sociales a partir de su escritura; como dice Martínez “Las escritoras latinoamericanas se han rebelado contra los clichés de los ensayos moralistas, los cuentos de hadas, las novelas rosas, las canciones románticas y los refranes (que tenían sujeta a la mujer en estereotipos absurdos) apropiándose intertextualmente de ellos para denunciarlos y superarlos” (Martínez, 1999). Las escritoras en Latinoamérica han desafiado los temas y las formas de la literatura tradicional, logrando captar aspectos humanos como la identidad, la memoria, el cuerpo, los deseos, la sociedad, por mencionar algunos, desafiando el abismo que provoca el patriarcado en el arte. No temen expresar sus sentimientos más temidos u oscuros por mostrar un retrato de la crudeza en la realidad. La presencia de las escritoras en la literatura contemporánea rompe el silencio histórico impuesto a las mujeres, reivindicando los espacios que les fueron negados.
Vestrini es una voz fuera de foco; esto no significa que no sea leída ni reconocida, sino que representa una literatura de lo alterno, lo abyecto, lo crudo. Sus poemas resultan incómodos, invitan a no ser leídos, pero al mismo tiempo convocan a la lectura, porque enuncian lo que está mal —y eso que está mal puede habitar en cualquiera.
Referencias
- Barroso, A. (2019). Comprender el suicidio desde una perspectiva de género: una revisión crítica bibliográfica. Revista Asociada Especial de Neuropsicología, 39 (135), 51-66.
- Martínez, A. (1999). Feminismos y literatura en Latinoamérica. https://www.studocu.com/es-ar/document/universidad-de-buenos-aires/derecho/feminismo-y-literatura-en-latinoamerica/1723825
- Saraceni, G. (2015). La inmersa arrechera de Miyó Vestrini (Notas sobre una lengua vulgar). Taller de letras (57), 101-109.
- Stepanishcheva, T. (2024) Sorprendente yuxtaposición de la vida y la muerte, esta fotografía captura un modelo de calavera en un banco del parque, invitando a la contemplación de la mortalidad en un sereno telón de fondo de naturaleza lejana. https://www.istockphoto.com/es/foto/sorprendente-yuxtaposición-de-la-vida-y-la-muerte-esta-fotografía-captura-un-modelo-gm2180062236-599188693
- Vall, K. (2020). Estados Unidos le falló a Vestrini. https://www.cinco8.com/periodismo/estados-unidos-descubre-a-miyo-vestrini/
- Vestrini, M. (1993). Todos los poemas. Caracas: Monte Ávila Editores.
- Wikidat. (2022). Miyó Vestrini. https://es.wikidat.com/info/miyo-vestrini