Cartografías Sonoras: Mapa del ruido del centro histórico de Morelia.
Escrito por Dra. Emma Wilde y Dr. Mario Alberto Duarte García
Resumen
Este proyecto examina los niveles de presión sonora del centro histórico de Morelia. A partir de un protocolo de medición basado en la Norma Oficial Mexicana NOM-081-SEMARNAT-1994 se obtuvo un registro en diferentes horarios y días del ruido en el primer cuadro de la ciudad. Con esta información se creó un mapa de ruido que permitió identificar los puntos que cumplen con la normativa, así como los que la rebasan. Este estudio permitió distinguir las características sociales y geográficas de estos puntos críticos. A partir de esta investigación se busca incidir en el desarrollo de una conciencia sobre el ruido y cómo este afecta nuestra vida cotidiana. Los datos aquí presentados pueden servir para la creación de políticas públicas sustentables.
Palabras clave: Cartografía sonora, ruido ambiental
Introducción
El sentido del oído es fundamental para desenvolvernos cotidianamente; mediante el oído adquirimos mucha información del mundo que nos rodea, por ejemplo, la comunicación con otras personas. A través del tono y volumen de la voz podemos expresar sentimientos y emociones. Al caminar por la calle también encontramos información, podemos saber si un coche se encuentra cerca o lejos de nosotros o si una motocicleta se aproxima.
Las ambulancias, patrullas y bomberos utilizan el sonido para comunicar alguna emergencia, al encender las sirenas de sus unidades podemos saber que tenemos que quitarnos del paso y tener mucho cuidado. Incluso en algunas ciudades se utiliza el sonido como medio de comunicación directa y efectiva; este es el caso de la Ciudad de México, que tiene la alerta sísmica para informar a las personas de la inminencia de un temblor.
Sin embargo, el sonido también tiene otra faceta, la cara de la contaminación sonora, que es cuando existen muchos sonidos a un volumen alto que pueden dañar nuestros oídos y repercutir en nuestra salud. Existen diversas instituciones que se preocupan por esto, la OECD estableció un límite para los sonidos producidos por nuestra civilización y que nuestro sentido del oído puede manejar. Este límite es de 65 decibelios; los decibelios son una unidad de medida internacional al igual que los kilos, metros y grados Celsius. Únicamente que en lugar de medir peso (kilos), distancia (metros) o temperatura (grados Celsius); los decibeles (dB) miden la presión sonora o intensidad de un sonido, mejor conocido como volumen. Para medir el sonido es necesario emplear un sonómetro, dispositivo especializado en capturar la presión sonora de un lugar.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cuando estamos en contacto a una intensidad o volumen de un sonido mayor a 65 dB estamos propensos a perder nuestra audición si la exposición es larga y continua, o también puede tener otras repercusiones como estrés, ansiedad, falta de concentración e incluso pérdida del sueño. Esto último trae muchas consecuencias graves porque empezamos a fatigarnos más fácilmente y nuestra presión arterial cambia (WHO, 1999). En nuestro país existen diversos investigadores que se han preocupado por estudiar este problema y las consecuencias que el ruido trae a nuestras vidas. En la ciudad de Guadalajara se investigó cómo el ruido afecta la frecuencia cardiaca y el cambio en el estado del ánimo de las personas (Ramírez et al., 2018).
Asimismo, nuestra concentración cambia de manera drástica cuando estamos en contacto con mucho ruido. En Jalisco se estudiaron los procesos de aprendizaje de los alumnos en escuelas que estaban cerca de avenidas concurridas o lejos de ellas; estas investigaciones hallaron que los estudiantes de las escuelas con mayor contacto al ruido tenían mala concentración, lo que afectaba directamente en sus calificaciones. En contraste, los alumnos de las escuelas que estaban aisladas de las grandes avenidas tuvieron un mejor desempeño en los exámenes (Figueroa Montaño et al., 2012).
Para combatir la problemática de la contaminación sonora en nuestro país, los investigadores han propuesto el uso de mapas de ruido para identificar los puntos de mayor presión sonora que pudieran afectar nuestro oído y nuestra salud a largo plazo. Esto puede influir en la creación de políticas públicas para regular el sonido de acuerdo con diferentes zonas (Alfie Cohen y Salinas Castillo, 2017).
Un mapa de ruido consiste en delimitar una zona geográfica de interés, seleccionar puntos en el territorio y obtener mediciones de la intensidad del sonido a través del tiempo para crear una representación gráfica que pueda interpretarse (Congreso del Estado de Michoacán de Ocampo, 2019). Estas cartografías del ruido sirven a las autoridades para establecer reglamentos y regular los establecimientos que lo generan. En el Estado de Michoacán tenemos reglamentos en los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal. Todos ellos tienen como base la Norma Oficial Mexicana NOM-081-SEMARNAT-1994 en la que se establecen tipos de zonas, horarios y límites permitidos.
En el Estado de Michoacán no tenemos mucha información sobre la presión sonora, únicamente existe una investigación conducida por la UMSH sobre los niveles de ruido del paso del tren en Morelia (Mendoza Flores y Rodríguez Medina, 2019).
Lo descrito anteriormente destaca que la contaminación auditiva es un asunto que debe estudiarse más a fondo, ya que el ruido ocasiona diferentes problemáticas físicas, emocionales y cognitivas. Este tipo de contaminación puede ser generada con facilidad y afecta colectivamente a las personas en áreas específicas sin que ellas lleguen a enterarse. Por ello, este proyecto busca contribuir a la creación de una cartografía sonora del centro histórico de Morelia que pueda ayudar a identificar las áreas de mayor y menor presión sonora.
Método
Para identificar los niveles de ruido de la ciudad se estableció un protocolo basado en la Norma Oficial Mexicana NOM-081-SEMARNAT-1994 que consistió en tomar mediciones de la intensidad del sonido en diferentes puntos de la ciudad. Se delimitó un mapa de medición en el centro histórico de Morelia cuyo criterio principal fue seleccionar las calles más transitadas o con algún interés social, cultural y turístico de la ciudad.
La toma de las mediciones de los niveles de ruido se realizó durante 2 días a la semana (uno entre semana y otro el fin de semana) en 3 horarios: matutino, vespertino y nocturno. Las mediciones se obtuvieron a través de un sonómetro digital cuya calibración podía medir de los 30 a los 130 decibeles. Se tomó una lectura del sonómetro cada 30 segundos durante 5 minutos en cada lugar. Después se calculó el promedio de la lectura para dar un valor a cada punto del mapa.
Resultados
A través de este estudió se encontró que el nivel promedio de ruido por las mañanas entre semana es de 75 dB, mientras que en los fines de semana es de 65 dB. En las tardes, entre semana, se reportaron 70 dB y 68 dB el fin de semana. En las noches, entre semana 60 dB y el fin de semana 67 dB.
En la Norma Oficial Mexicana (NOM) existen niveles de ruido permisibles de acuerdo con un horario dividido en 2 momentos, el primero de 6 a 22 horas y el segundo de 22 a 6 horas. En la Tabla 1 podemos observar el tipo de zona (residencial, industrial, comercial, escolar, etc.), el horario y su límite permitido.
Límites permitidos Norma Oficial Mexicana | ||
Zona | Horario | Límite máximo permitido |
Residencial | 6:00 a 22:00 horas | 55 dB |
22:00 a 6:00 horas | 50 dB | |
Industrial y comercial | 6:00 a 22:00 horas | 68 dB |
22:00 a 6:00 horas | 65 dB | |
Escolar | Durante el juego | 55 dB |
Ceremonias, festivales y eventos de entretenimiento | 4 horas | 100 dB |
Norma Oficial Mexicana (1994). NOM-081-SEMARNAT-1994.
En este estudio encontramos que existen zonas que rebasan los máximos permisibles en cualquier tipo de zona (figura 1). Este es el caso de Plaza Carrillo, Mercado Independencia, el área del monumento al Pípila, la Plaza del Carmen, el Jardín de San José; la zona de Cuautla, Manuel Muñiz, Madero, las Tarascas y el Mercado de San Juan.
En contraste a lo anteriormente descrito, podemos encontrar áreas con menor presión sonora y que se ubican dentro de los límites en todos los horarios: el Bosque Cuauhtémoc y el Jardín de la Soterraña (fig. 1).
También existen áreas que fluctúan alrededor de los límites, a veces silenciosas y otras veces muy ruidosas. En esta categoría se encuentra el Jardín de las Rosas que por las mañanas está por debajo y por las noches tuvo mediciones de 78 dB. En contraste, la plaza de las Capuchinas registró 69 dB por las mañanas y tardes, pero en la noche bajó hasta los 51dB. También la avenida Nocupétaro cambia, en la noche se observaron 58 dB, pero en la mañana 75 dB.
Otras áreas viales se mantienen constantes sin muchas variaciones, en esta sección podemos incluir el área del Monumento a Lázaro Cárdenas que tuvo mediciones de 70 a 80 dB sin importar el horario o día de la semana.
Conclusión
El centro histórico de Morelia está integrado por diversos usos de suelo. En este lugar coexisten todas las zonas descritas en la Norma Oficial Mexicana, es decir, un edificio puede tener múltiples funciones, en las plantas bajas pueden encontrarse comercios, restaurantes y otros establecimientos de entretenimiento. A la par, en los primeros pisos se encuentran viviendas. Además, en las mismas calles se encuentran escuelas. Esta característica del centro histórico hacen que los límites permisibles no sean muy claros, ya que podría medirse en varios sentidos. No obstante, el promedio de presión sonora observado en las mañanas entre semana está por encima de la NOM. Lo mismo ocurre en el horario nocturno los fines de semana.
Otro aspecto que podemos mencionar es que el transporte público y los vehículos automotores contribuyen con la mayor cantidad de presión sonora. Esto se ve reflejado en las zonas que sirven de base o conexión de rutas de transporte. Por ejemplo, el Mercado Independencia, Carrillo, las Capuchinas, Manuel Muñiz, el Pípila, el Carmen y San José. Las mediciones en los horarios matutino-vespertino son muy altas, pero en las noches bajan completamente.
El factor turístico también influye en los niveles de ruido, como el Jardín de las Rosas, donde por las mañanas no hay mucho movimiento, pero empieza a incrementarse en las tardes y para la noche ya rebasa los niveles permisibles, especialmente el fin de semana. También se mostró que las áreas verdes son las menos ruidosas del centro histórico. El Jardín de la Soterraña y el Bosque Cuauhtémoc tienen los menores niveles de ruido del primer cuadro. Esto podríamos atribuirlo a que los árboles y la vegetación actúan a manera de muros de contención sonora.
Este estudio demostró que hay una problemática con los niveles de ruido a resolver, las principales fuentes emisoras son los vehículos automotores, el comercio y los lugares recreativos o turísticos. Sin embargo, hay acciones que se pueden realizar para controlar el ruido como el incremento de espacios verdes, corredores peatonales y la regulación del transporte con paradas establecidas y con horarios habituales.
Agradecimientos:
Investigación realizada gracias al Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT IA401523) de la DGAPA – UNAM.
Referencias
- Alfie Cohen, M., y Salinas Castillo, O. (2017). Ruido en la ciudad. Contaminación auditiva y ciudad caminable. Estudios Demográficos y Urbanos, 32(1), 65-96.
- Figueroa Montaño, A., Orozco Medina, M. G., y Preciado Caballero, N. E. (2012). Niveles de ruido y su relación con el aprendizaje y la percepción en escuelas primarias de Guadalajara, Jalisco, México. Ingeniería, 16(3), 175 – 181.
- Iniciativa con proyecto de decreto por el que se expide la ley del control del ruido del Estado de Michoacán de Ocampo. (2019, 19 de junio). Gaceta Parlamentaria. Congreso del Estado de Michoacán de Ocampo.
- Mendoza Flores, J. M., y Rodríguez Medina, A. B. (2019). Ruido producido por el paso del tren, en la ciudad de Morelia, Michoacán. Milenaria, Ciencia y Arte, 9(14), 30-32.
- OECD. (2012). Pedestrian Safety, Urban Space and Health. OECD Publishing.
- Ramírez, N., Montelongo, R., Contreras, D., y Padilla, L. A. (2018). Acoustic Contamination and its Effects on the Heart Rate and Mood [Paper Presentation]. 15th International Conference on Electrical Engineering, Computing Science and Automatic Control (CCE), México.
- World Health Organization. (1999). Guidelines for Community Noise. Stockholm University & Karolinska Institute.